¿Sabes lo que es el cruising? Bueno, la palabreja es un anglicismo que podría traducirse como un viaje de placer, y no estaría muy lejos de la realidad, jeje. Pero su significado en la práctica son los encuentros entre hombres generalmente homosexuales, que suelen dar lugar a relaciones de sexo esporádicas, seguras, gratuitas, anónimas y por supuesto consentidas por ambas partes.
Claro que esto de ligar al aire libre tiene sus inconvenientes, a pesar del morbo que puede dar y de lo popular que es esta práctica. Porque aunque tener sexo en lugares públicos no es ilegal, sí que podría conllevar una sanción por exhibicionismo o alteración del orden público, sobre todo si hay colectivos vulnerables cerca. Hay que estar muy seguros de que nadie va a pillarte en plena faena, y de que se tiene cierta privacidad a pesar de estar en la calle; claro que, teniendo en cuenta que muchos de los hombres que practican el cruising no quieren que nadie sepa que son gays, esto último casi que está garantizado.
Siempre me he preguntado por qué estos encuentros de sexo entre hombres se dan en la ciudad. ¿Por qué a nadie se le ocurre irse a una zona rural? Es cierto que en una gran población hay más oportunidades para conseguir una pareja de cruising. Pero como ahora todas estas cosas van por internet, y se hacen aplicaciones para todo, ¿por qué no iniciar el contacto de forma online, y buscar un sitio en algún lugar rústico y bucólico para el encuentro en sí? Desde luego, sería un cambio de escenario que muchos podrían agradecer.
La idea sería normalizarlo, así que ¿por qué no animar a los creadores de videos porno gays a que cambien el escenario de sus grabaciones? Para empezar, ya sería una novedad, el gay porn se vería renovado solo con esto, pues no he visto muchos maricas montándoselo en plan rústico. Y luego, en plan práctico, ¿cuántos lugares para encuentros sexuales pueden existir en hectáreas y hectáreas de terreno? Las posibilidades pueden ser infinitas, y oye, incluso puede ponerte caliente la idea de un revolcón en el heno, cosa que habremos sacado de nuestros ancestros pueblerinos, al parecer…
Visualiza por un momento: un campo lleno de flores, un granero lleno de paja, un puente romano en un río con poco caudal, un bosque de abedules… Todo esto puedes encontrar en plena naturaleza, desde luego nadie podrá decir que no tienes sexo ecológico. ¿Que no te va tanto aire libre? Pues nada, acércate al pueblo entonces: un establo vacío, una calle estrecha, el zaguán de una casa, y si ya te sientes muy osado, podrían intentar subir al campanario de la iglesia (en los pueblos siempre suele haber al menos una). No puedes decir que no tienes donde elegir, y seguro que muchos homosexuales no practican el cruising en estos escenarios porque no imaginan que tienen todo esto a su alcance.
Así que programadores que conozcan el mundo rural, hay va una idea innovadora: programar una app de citas para practicar sexo gay gratis proponiendo como lugares de encuentro algunos de estos maravillosos enclaves. Cada uno conoce bien los rincones de su localidad donde se ha metido mano con alguno o alguna, y puede promocionarlo. Y así, el cruising tomará otro cariz, que seguro acaba atrayendo a muchos clientes; si no es por follar, tal vez por turismo, que oye, no va a ser estar todo el día dándole a la matraca…